miércoles, 15 de mayo de 2013

El cumpleaños de Lucía

El domingo fue mi cumpleaños. No recuerdo cuántos años cumplí, pero al final los números no son tan importantes. Sigo sintiéndome igual de pequeña que cuando salí del huevo por primera vez, con la misma ilusión porque pase el tiempo y las cosas sucedan. 

Nací aquí, en el arrecife; y a pesar de que he surcado los cinco océanos me sigue gustando celebrar mi día en este lugar. Cada vez pienso lo mismo: "este año me gustaría pasar mi cumpleaños en el Gran Arrecife, o volver a celebrarlo en el Arrecife de las estatuas de Oro", pero al final la vida hace que siga celebrándolo aquí, y si lo pienso bien ¡La vida me hace un favor! El único cumpleaños que pasé fuera del arrecife lloré como nunca, porque me sentía sola; no estaban mis amigos, ni mi familia, ni mi pareja conmigo para poder celebrarlo ¿Qué sentido tenía entonces esa fecha? Pero cada año lo olvido y vuelvo a entusiasmarme por celebrarlo en algún lugar remoto, pero cada año la vida me da lo que realmente necesito.

Este año ha sido un cumpleaños de celebraciones breves, de regalos sin envolver y sin tarta, pero soy de las que creo que en realidad lo importante es soplar las velas con los mejores peces.

Nos levantamos pronto y nos pusimos manos a la obra para poner en orden y limpiar la Casita de Coral. Una vez estuvo todo listo Azucena entró en la cocina para hacer los cupcakes del día. Nada mejor que unos cupcakes de fresa para celebrar mi cumpleaños. Ella sabe que la fresa me sube el ánimo y que el rojo es unos de los colores que más me gustan. Se nota que los hizo con mimo y todo el amor, fue su mejor regalo de cumpleaños.


A mediodía comimos paella de plancton en casa de mis padres (la especialidad del papá pez, aunque le quedó un poco dura). Después vinieron la mayoría de los peces de la familia a los que habíamos invitado. Degustamos los cupcakes de Azucena y ¡Fueron todo un éxito! La única que no pudo venir a pesar de que le habría encantado fue la abuela Ballena, pero una de las tías pez le llevó su cupcake a casa y fue la que más lo disfrutó, seguro. ¡La abuela Ballena es la más golosa de todas!

A media tarde Scotty y yo nos fuimos a dar una vuelta por el arrecife, a una concentración de peces que había, porque los Peces del Poder no están haciendo las cosas como nos gustaría a la mayoría. Así que nadamos todos juntos para manifestar nuestro descontento. Y eso cansa mucho, así que nos fuimos de cena íntima al Restaurante de los Farolillos. Vamos de vez en cuando, porque nos gusta el sitio y la comida, a pesar de que los peces camareros no son los más simpáticos del mundo.

Ya por último nos reunimos con Álex y con Laura que venían al arrecife por temas de trabajo y se quedaban a dormir en la Casita de Coral. Es la primera vez que han venido, pero espero que no sea la última aunque no sea mi cumpleaños.

En medio de todas estas idas y venidas de sitios y de peces, tuve la felicitación de muchos peces amigos de todos los Océanos. Y que se tomen la molestia de escribirte unas rayas para desearte un feliz día ¡Hace sentir muy especial!

Así que a pesar de ser domingo (el día de la semana que menos me gusta) fue un domingo increíble. ¡Muchas gracias a todos los que participasteis en el! (en persona o virtualmente).


Lucía

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